Aquella Revolución Industrial salida de Inglaterra vía Europa, compuesta de maquinaria para mejorar las condiciones laborales del trabajador para que no sufriera tanto y tuviera mejor calidad de vida y más tiempo con su familia, ahora resulta que ha caído. Ya no es rentable. No da más de sí. Esto les lleva a pensar a los políticos que, al caer este sistema, lo más sensato es decir que sobra gente. Somos demasiados y de alguna manera tienen que acabar con nosotros porque comemos, consumimos y calentamos el planeta a base de pedos como las vacas. Y aunque cada vez llenemos más los bolsillos de las farmacéuticas, seguimos durando mucho; sería conveniente que en el adn. nos rebajaran la edad de vida hasta los 45 ó 50 años como no hace tantos siglos. Eso sí, han de ser los Annu o los Dracos quienes nos revisen las hebras, porque si lo hacen en los laboratorios de la CIA o de Bush, estamos jodidos. Igual de jodidos que Rajoy en la Cumbre Iberoamericana.
¡Vivir para ver, amigos! y descubrir qué nueva revolución industrial van a llevar a cabo para nuestra destrucción en masa.
¿Saldrá de EE.UU. la maquinaria para tamaña limpieza generacional o serán los chinos, quienes nos maten a través de su arroz tres delicias o rollitos de primaverá? Pidamos para que podamos ver lo que nos depara el destino en mano de estos descerebraos sociales.
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