lunes, 26 de marzo de 2018

Puigdemont cambia de domicilio

va mejorando con el tiempo como el vino, el whiski, y los gilipollas.
Así es Neumünster, la cárcel alemana en la que duerme Carles PuigdemontSe ha mudado a este chalet de varias plantas..., -nada que ver con la caseta del perro que tenía en Waterloo. Como tampoco tiene nada que envidiar las vistas y las comunidades de vecinos. Este caserío ha despertado la envidia de todos los españoles; hay muchos que quieren visitar el domicilio cinco estrellas que le han asignado en Alemania; de ser Puigdemont (no lo quiera Dios en muchas vidas por vivir), jamás pisaría España ni dándome dinero para ello. 
Bien
al muchacho le han pillado echando gasolina al coche y mientras meaba, en una gasolinera en Alemania. Se había ido de vacaciones a Finlandia, Suecia, parte de Rusia y otra parte de Alemania. Pendaba que no le iban a echar mano y mira por donde... ¡zas!, le habían puesto una pegatina con un chip de seguimiento. ¡Y es que eso no se le hace a nadie!, ¡es de muy mala leche!, y menos cuando uno se va de vacaciones con tanto trabajo que ha tenido como traidor, malhechor, fugitivo... y calificativos por añadir.
Lo bueno que tiene Puigdemont es que al haberse casado con una romaní tendrá visitas constantemente. Ya sabemos como se las gastan los gitanos cuando van a algún sitio...: de momento se cuelan todos a la vez, después dejan que los chiquillos anden por todos los sitios correteando, jugando, armando gresca... y al final tienen que soltar al payo porque los polis de prisiones quedarán hasta los cojones de tanto chori metido en prisión para ver al muchacho. Esas visitas son devastadoras. Los gitanos lo saben y por eso cuando uno cae enfermo, caen enfermos todos. Cuando uno va a prisión todos se reunen en prisión. Y los trapicheos los programan en prisión. Y, como digo, por aburrimiento terminan dando permiso de escapada al yerno, primo, o lo que sea de ellos. Prefieren un Puigdemont huido, que gitanos por aguantar. Esto son tretas transferidas de boca a oreja de generación en generación, por esas tribus de trashumantes. ¡Cuánto saben!
En fin
que la rondalla de Puigdemont ha tocado techo. Se ha asentado en el mejor lugar que le podría tocar de haber tenido otra cabeza. Alemania no expresamente tiene una buena disposición para aquellos que contraen tantos beneplácitos de sus actos, como le sucede al memo. Parece disponer de unas medidas más drásticas en cuanto al incumplimiento de la retaila de imputaciones que le dirime al juez Llarena.
Señores
"el que no vive como pinsa, acaba viviendo pensando como vive".
significa que demasiadas esperanzas desembocan en la desesperanza. (Paul Bourget).

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