otra de curas gay.
Y es que el Vaticano no sale de una... cuando sus componentes se meten en otra. La pedofilia y el lobby gay ha sido una constante en La Casa de Pedro. Ese pedro con dos llaves que debe estar dándole más uso a la cerradura de baja al Infierno, que la llave del ascensor al Cielo. El tema es que las monjitas también tienen su lobby gay, aunque más disimulado. Solo transciende los amoríos pecaminosos de sus obispos, cardenales y papas en la historia católica, apostólica y romana.
¡Y es que vas tan suelto! Con ese lino blanco elaborado por pequeñas y blancas manos, y sin nada de bajo... que se menea a modo de badajo, contra las desnudas nalgas y roce talar...
¡Eso no hay demonio que lo resista!
Y hablando de demonios, se le han instalado todos en la bendita casa del Pedro apóstol.
¡Y los demonios no se van tan fácilmente! Requieren litros y litros de agua bendita y aún así, es difícil de echarles. Cuando vienen... vienen a quedarse.
Total
que La Gran Ramera sigue los dictados infernales por mucho que el santurrón del Papa venga poniendo cara de buena persona.
Un dosier más gordo que la Biblia, relata las orgías gay y pagos a prostitutos. Sexo de grupo en parroquias, orgías en conventos, y prostíbulos pagados con donaciones. Ha salido a la luz gracias a grabaciones de estos prostitutos de parroquias y fiestas de guardar. Grabaciones en CD, que hacen las delicias de los conventos orgásmicos. El dosier incluye cuentas de correos de todo el país, datos de curas del Vaticano y la Santa Sede. Y de un párroco que organizaba orgías a la carta.
Con mucha razón -aunque nos deje ojiplásticos-, Franc lanzó un perdón a los gay, pederastas y homosexuales diciéndoles: si sois como sois, buscáis a Dios y tenés buena voluntad, ¿quién, cojones, soy yo para juzgaros?
¡Ole, ole y ole!
¡Qué mejor que el Papa para abanderar la enseña del orgullo gay!
¡Bien por ti, campeón!
A Dios rogando y con el nabo dando...
¡Qué bonita propaganda religiosa...!
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