lunes, 14 de agosto de 2023

el juego de la inocencia

pensábamos que la desaparición de Epstein de la lista de los más buscados por pedofilia..., antes terminábamos con la trata y desaparición de niños de todas las edades. Pero nunca  más lejos de la realidad. Los traficantes de carne humana para juegos sexuales es ahora más que nunca un negocio de alto standing dentro de la burocracia pedófila más indigna del planeta. No ha que le echemos la culpa al demonio por tentar a todos estos memos de la demonología, si no que son pura bazofia en sus vidas diarias. No hay demonio que sea tan malo como estos sementales de la violencia contra seres humanos que no se pueden defender. Y, lo malo de todo es, que salen impunes de toda burocracia contra estos abusos de poder. 
A Epstein nos lo presentaron como el malo malísimo de la prostitución de niños y niñas raptados y llevados a lugares donde no había ni un atisbo de fuga o ayuda. Esclavos de sus captores y abandono de sus familias. Psicología inversa del tipo: tus padres no te quieren. Tus padres no vendrán a por tí... etc. Y lo peor de todo es que terminan viviendo después de escenificar un suicidio que no existió. De este modo hay un lupanar de mafiosos retirados de la vista de los ciudadanos del mundo, pero viviendo de lo que siempre han estado haciendo. Desde la sombra.
Si fuera hispano diría aquello de: que Dios les perdone. Dios les castigará por sus actos. Recemos por el castigo divino...
Pero como no lo soy, hispano, me limito a la justicia terrestre para que nadie salga impune. Los pecados cometidos contra las personas se deben purgar en la Tierra y no en el Cielo. Que también.

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