ya está bien de hacer de los necesitados una caricatura de chiste. ¿La globalización no consiste en la normas para la aplicación del artículo 7 del Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero, sobre entrada, libre circulación y residencia en España de ciudadanos ...? Si es así no cabe que aún se eleve, cual pirámide, una barrera física entre los ciudadanos y el mundo al que quieran entrar. Que conste que yo no estoy de acuerdo en la entrada masiva de individuos de un país a otro, sin estar debidamente reseñados por las autoridades del país acogedor. De esta forma admitiríamos a aquellos cuyo comportamiento no distraigan la moral, la ética y las leyes sociales a las que están y han optado acatar. De este modo evitamos que nos introduzcamos en una autopista desde una carretera comarcal. Es evidente que tenemos problemas en la actualidad, porque los extranjeros o ciudadanos de esos otros países consideren que sus leyes -las cuales les han sacado de su casa-, contagien o quieran contagiar nuestra Ley social. Los derechos humanos deben prevalecer por encima de cualquier clase, pero no saltarse las leyes a las que se incluyen por encima de esas barreras. Es evidente que la globalización no es el modo natural de satisfacer las necesidades humanas; sino que es una exclavitud encubierta por los mismos gobiernos y gobernantes que permiten que sus ciudadanos tengan que largarse de su casa porque no tienen recursos, o no saben gobernar. Así de esta forma vemos como la gente tiene que saltar todo tipo de obstáculos para gozo y disfrute de esos mismos políticos que nos ven como alimañas o bestias de corral. ¡Abajo las barreras que impiden o dificultan la libre circulación, pero con un mínimo de control!
viernes, 26 de diciembre de 2014
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