Según afirma el catedrático Centeno el Rey Juan Carlos se llevaba 1 ò 2 dólares por barril de petróleo.
(El Espía en el Congreso) El catedrático de Economía, Roberto Centeno, amplió este jueves en los micrófonos de Radio 3W su denuncia contra el rey Juan Carlos, su “querida” amiga Corinna y su testaferro, Manuel Prado y Colón de Carvajal, al afirmar que el monarca y su “valido” cobraron una comisión de entre “uno o dos dólares” por barril de petróleo que compraba el erario público de España en los países árabes.
Centeno hizo cálculos de cuanto se llevaba el rey Juan Carlos, información que él conocía porque era precisamente el encargado de pagar los suministros por su responsabilidad en CAMPSA. Debido a la “intermediación” de Manuel Prado y Colón de Carvajal, por encargo de Juan Carlos, España pagaba el petróleo más caro, ya que ambos se llevaban una comisión:
“La cifra no la recuerdo exactamente, pero había un sobrecoste.
Es decir, entre comprarlo directamente, que estábamos hablando de
treinta y tantos dólares de aquellos años (si le ponemos la inflación
ahora no sé cuánto saldría, desde luego el doble o el triple)… Pero, en
fin, había comisiones que podían oscilar entre 1 y 2 dólares por barril
y eso es una barbaridad por la cantidad de barriles de petróleo que
caben en un superpetrolero. Un petrolero de 200.000 toneladas lleva
entre 1.400.000 ó 1.600.000 barriles. Entonces estamos hablando de que
un petrolero le puede producir en aquel momento un beneficio de 2 millones de dólares del año 1979. Eso son palabras mayores”.
Roberto Centeno, entonces consejero delegado de CAMPSA, tenía un mandato expreso del Consejo de Ministros:
conseguir petróleo al precio más barato posible debido a la carencia
española de suministros energéticos, con el consiguiente riesgo de
desabastecimiento y colapso. Y recurre por ello al embajador en Kuwait, Fernando Schwartz:
“Él me dice: “Oye, Roberto, sé que estáis en esta situación y yo tengo una relación excelente con la familia Al-Sabah. Esta familia era entonces y lo es ahora la familia del emir de Kuwait, la reinante. Y yo le dije: “Mira Fernando,
no me toques las narices porque yo estoy harto de recibir ofertas que
son un puro camelo, así que no me hagas coger una avión, irme a Frankfurt, coger otro avión a Kuwait y tirarme diez horas de vuelo para que luego no…”.
“Que no, que yo te juro, te prometo…” que tal y que cual. Total, que cogí y me fui. Y, efectivamente, Fernando, que era un tipo serio, realmente tenía unas relaciones muy buenas con la familia Al-Sabah y con los directivos de la KPC, la Kuwait Petroleum Company,
que es la que tiene el monopolio porque el petróleo está nacionalizado,
pertenece al Estado. Y naturalmente está regida por un miembro de la familia Al-Sabah. Gracias, pues, al gran oficio de Fernando Schwartz, consigo un cargamento de 150.000 toneladas, al cual le iban a seguir otros a precio de mercado, sin comisiones”.
La operación de compraventa estaba hecha hasta que se mezcló en ella un siniestro personaje que venía de la Casa Real española.
Con el tiempo llegaría incluso a pisar la cárcel por corrupción y sus
procedimientos judiciales se amontonaban en los juzgados. Por eso Centeno le pregunta al ministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez, quien es esa persona que impide una transacción petrolífera del Estado para encarecerla con sus comisiones ilegales:
“¿Quién coño es Manolo Prado? Entonces [Fernández Ordóñez] se me queda mirando con profundo asombro y me dice: “Pero Roberto, no me fastidies. ¿Que tú no sabes quién es Manolo Prado?”. Y le dije: “Te juro por mis muertos que yo no sé quién ese Manolo Prado“. Y me dice Paco Fernández Ordóñez: “¡Pero tú eres un pardillo! Sabrás mucho de petróleo pero no tienes ni idea de cómo funciona este país“. “Pues explícamelo tú”. Y respondió: “Manolo Prado es la persona que tiene… no me dijo el monopolio pero vamos… La única persona que tiene derecho a comprar petróleo en Arabia Saudita y los Emiratos“.
Centeno se quedó perplejo delante del ministro: “Paco,
según lo que tú me estás contando, por razones que ignoro, hay un señor
que tiene reservado ese chiringuito. Explícame entonces dónde voy a
buscar yo el petróleo que España necesita. ¿Se lo pido al ayatola Jomeini, por ejemplo? ¿Tú qué crees que pasaría si me fuera a Teherán
y le pidiera que me diera un barco de crudo?” Porque además los
ayatolas habían cesado totalmente las exportaciones para llevar el
mercado a donde lo llevaron. Y Fernández Ordóñez respondió: “Eso me lo tenías que haber dicho”. Y, obviamente, la operación se frustró y Manuel Prado y Colón de Carvajal fue quien la llevó a cabo. Pero más onerosa para el erario público, por supuesto.
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