de que a este muerto cuarentón lo dejen reposar en las tripas de El Valle de los Caídos. Este individuo tuvo la misma ocasión que Rajoy si hubiera cumplido con la mayoría absoluta depositada en sus manos por la ciudadanía española, con la sutil idea de terminar con las revoluciones catalanas y los beneficios etarras. El uno se enfrentó a la revolución de los republicanos y el segundo, se ha echado atrás como vil gusano que es. Pero realmente lo que los catalanes independentistas quieren es una guerra civil, como antaño, y no encuentran el Franco que les reviente las tripas. Si Casado y Albert se unen y obligan al gobierno a reanudar el 155, es posible que las tropas tengan que entrar y barrer de las calles la gentuza que incumplen las normas de convivencia. Repetición de la jugada y vuelta a caer. Así son los republicanos: gentuza, masones, ricos pijos, pijos ricos, con mucho tiempo libre sin nada que hacer. Necesario que otro Francisco Franco les demuestre que en España la gloria es de todos, al igual que el territorio. Al que le venga estrecho el espacio se meta a astronauta, ahora que tenemos a mano uno de ministro para irles platicando.
No está mal que las escaramuzas de ayer las hayan visto en el resto del mundo, para tapar las bocas de aquellos alemanes casposos que estaban con Puigdemont. Son los mismos y las mismas agresiones con las que comenzaron el año pasado y han repetido este año.
Veamos si con esta segunda parte repatrian a Puigdemont y le metemos en la cárcel junto a los del montón.
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