dicen que solo los niños, borrachos y locos dicen la verdad. En mi opinión este hombre tiene un poco de las tres cosas, por ello es tres veces valiente ante la verdad de la que nadie parece hacerse eco. Y es que la verdad tiene solo una cosa: la muerte. En España la verdad no se puede decir porque enseguida te amenazan y si no juegas su juego terminas muerto. Ese es el poder del que todo el mundo nos quejamos y que muy pocos se arriesgan a enfrentarse. Cuando alguien lo hace le llamamos loco por atreverse a hacerlo, y de este modo los asesinos, los pederastas, los matones, se salen con la suya viviendo de sus tropelías. Que los jueces, los policías (no mencionamos a todos, por supuesto, pero con uno que haya es más que suficiente para que el grupo se vea amenazado), los políticos y más gente de mal vivir, estén bajo el poder de Poncio Pilatos..., me desilusiona y provoca fuerzas encontradas como a Josele Sánchez. Porque, lo último de Josele, es un grito de rabia por ver que él que defiende la honestidad contra la injusticia..., no le hacemos caso, no le apoyamos y defenestramos a los que sí nos ningunean a su puto capricho.
Las denuncias del periodista son muy gruesas, muy crudas, para que la ciudadanía nos las tomemos como algo trivial. No es trivial que una jueza esté metida en casos de pederastia, de sobornos, con conocimientos ilegales y no hay denunciado los hechos.
España no va bien. Va camino de convertirse en un país donde las mafias acampen por sus respetos y la droga, las armas y las matanzas, sean el pan de cada día. Espero equivocarme y nuestra vida vuelva a ser como la hemos vivido aquellos que tenemos un poco de más edad.
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