debería ser la consigna que determinara que a los políticos presos por desobediencia a la Constitución, asalto al Estado de la Nación, por tomar las calles de Cataluña y estamentos públicos, por independentistas, por vagos, por maleantes... debería, -digo-, que les cayera toda la pena que determine la justicia española. Ya sabemos que las justicias de otros países, como la lobera donde se esconde Puigdemont, van a su puta bola y se conviven como bandoleros en Sierra Morena. España es de los españoles, y el que no quiera que tome las barcas de los narcos que traen migrantes y les devuelvan al lugar de donde provienen éstos. Unos por otros. La balanza justa.
Las noticias son de que la fiscalía calcula, por rebelión, la condena de 20 años de cárcel para Junqueras. Y es normal que a Junqueras le caiga más carga carcelaria porque es de sangre azul. O lo que se denomina extranjero venido de las estrellas a gobernar Cataluña. Es alto, delgado, ojos azules y rubio... los arcaicos Arios. Pero los de Orión. Y hermanado con Alain Delón.
Como dos gotas de agua. Aquí tenemos la prueba de lo que digo y anoto. ¿Son clavados o no Junqueras y Alain Delón?
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