colosal y colonial

              

para una vez que se la ve como salida del celuloide y con un encanto al natural... la gente se mete con su sombrero colonial, para mí, muy de acorde al lugar donde pensaba disfrutarlo, enseñarlo y presumirlo...

Esta imagen no le hace justicia con relación a la que tiene de cuerpo entero. Es como una diva del cine norteamericano y de Hollywood, especialmente.

Como si de una película se tratase, la femme de Trump, parte rumbo a Kenia para un safari que tenía contratado con los negritos del lugar. 

A parte de la envidia que les une a esas que la critican por el sombrero y porque está guapa..., la critican porque tiene la pinta de una mujer blanca, en busca de la negra sirviente... 

Debemos saber que la negra sirviente está actualmente en las casas de las que critican esa imagen colonial. Son sirvientas con derecho a 50 euros la semana y para qué más. 

Lo maquiavélico, no es su estilismo que la sienta de maravilla, es el poco cerero que posee la muchacha. Su única misión es la de acompañar a Trump donde vaya y servir de florero en el lugar que la pongan. De estos floreros sabe mucho Gabriel Rufián.

Por desgracia, hay muchas mujeres y hombres en Hollywood que son adoquinados para semejantes comportamientos. Grace Kelly, Marilyn, Diana, y muchos más... ¿Por qué ir a matar elefantes cuando están en peligro de extinción? Claro, que, si lo ha hecho Campechano, no hay motivo para negarle la batida a la preciosa chica. ¡Qué pena, de verdad!
Aquí le tenéis, bajo el paraguas, mientras la chica se moja.
Mantengo y sostengo que Melania no es la mujer o esposa de Trump. Me apena que una persona tenga que rebajarse a hacer esos trabajos que demandan los inútiles ricachones. ¡¿Y que todas hayan tenido la misma ingeniería mental?!