el amigo, -muy amigo-, de Sánchez, George Soros el magnate..., ha tenido un amago de bomba en uno de sus domicilios. Ya es difícil que le estropee la cara un artefacto explosivo a un individuo que no toca ni el llavín del auto. Tiene el chofer, el conserje que le hace la recogida y comprobación del material que llega a su nombre, y todo el personal para no tener que limpiarse el culo con papel de rollo. Estas son faenas de la clase trabajadora. Por lo que ha tenido suerte el tipo que abrió el paquete y no le explotó la cara.
Lo malo que tiene ser muy conocido es que te creas enemistades. Habrá algunos, como Sánchez, que le abren el corazón a todo aquél que le puede echar una mano a la presidencia del gobierno; y si es para mucho tiempo, mejor. Pero de estos en España sólo había dos candidatos, y uno de ellos está ya de presidente del gobierno, el otro es Iglesias. Yo sería capaz de revivir la ínsula de Barataria para ofrecérsela a Pablo. Ya tiene la propiedad del millón de euros. Solo le falta el pueblo para que los fantasmas le elijan presidente.
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