martes, 10 de enero de 2023

ese hombre de provincias

me escandaliza ver a Feijóo vistiendo esa chaqueta azul que le queda dos tallas menor de las que debería vestir. Pero debe ser una norma entre los ministrables y subalternos. Debe ser por culpa de los toreros que lo han puesto de moda para embutir las carnes de sus señorías. De ahí, que, muchos de ellos, en el estrado, no pudan abrocharle el primer botón... ni respirar durante su ponencia al resto de los presenciables, que nunca son todos los que están, ni se espera a todos los que son.
Me satisface sobremanera que Federico haya visto el cariz, las maneras, que demuestra el sobrao de Feijóo; que llegó a Madrid con aires de empoderado, y se ha quedado en un señor amargado. Acomplejado. Es como una calcomanía, en gris, que, como sombra de alma, en pena, deja un pequeño rastro que se disulve, en la retina, nada más pasar. Sombra que el sol arrastra, su reflejo, en el pavimento, al caminar. Tan obstuso es el muchacho... que le ha dado por hacer y decir las mismas tontunas que maestro del disfraz del propio Sánchez. Al menos, el memo, sabe que lo es; pero que le imite Feijóo... no tiene nombre. 
En fin
me importa una mierda que este señor -de provincias- venga cargado con un saco de propuestas o enmiendas -como los Reyes Magos-, si no le llega para ser caganet en el belén. 
Una cagada con Sánchez, y, una cagada con Feijóo. 
El problema es, que ambos van a gobernar España, de nuevo, y, de nuevo, volverán las oscuras golondrinas a nuestros nidos vaciar.

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