Esta es la universidad elitista de Seattle donde estudió el famoso caballero, miembro, del Imperio Británico.
No vayamos a pensar que Bill Gates salió por eclosión de un huevo de serpiente. Pero..., casi.
Se le puede considerar como uno de los más ricos dentro de la Orden, con un montante superior a los 130.000 millones de dólares. Vamos, lo que solemos dejar de propina al camarero cuando nos permitimos salir a cenar.
Como todos ellos se autodenominan amantes filántropos, se permiten decirnos que su vida se desarrolla pensando en cómo hacer la vida mejor al resto de humanos. Es decir, de igual modo se autodefinió Sánchez en la pandemia, cuando dijo aquello de que: "Gracias a él 140.000 españoles se habían salvado.
¡¿No será Sánchez miembro de La Gran Orden del Imperio Británico, por aquello de conceder los derechos de Gibraltar a tan noble Orden? ¿Y por el hecho de la donación de 130 millones, de las arcas del Estado español, para contribuir a tan noble acto de ayudar al insigne magnate de las vacunas y de los virus... Bill Gates.
No creamos que este Caballero ha nacido en cuna de herreros. No. Este desgraciado ha sido condecorado Caballero por donar migajas de su fortuna, a nobles actos. Sus papás tampoco andaban descalzos cuando nació Bill...
Por eso se enfada cuando la gente le señala, con dedo acusador, por su implicación en las pandemias varias y de las vacunas sin probar. Cuyos animalitos de dos piernas han sido utilizado como conejillos de indias, a modo y manera de los campos de exterminio nazis. Lo malo es, que el efecto exterminador de las mismas, está basado a largo plazo. Todo previsto a no ser inculpado y derivado a otras enfermedades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario