viernes, 4 de noviembre de 2022

Igualdad odia a los niños: por ser niños y hombres

en vista de quien nos gobierna, es necesario que echemos la vista atrás y nos centremos en los dos especímenes que nos han llegado de provincias. Curioso que uno esté de presidente del PP, y, la otra, de Ministra de Trabajo, en el psoe. Ambos, no lo pueden disimular: no sirven ni para atarse las zapatillas. 
El lelo de Feijóo deja en mal lugar a todo individuo que le pueda aplaudir en el Hemiciclo; y la otra no deja de poner en mal lugar a todo el que no esté de sus partes, sus chanchullos empresariales y marrullerías sindicales. Un engendro de la naturaleza, y especimen de cetrería. No teníamos bastante con el ególatra monclobita y el oso perezoso de Orense..., y parió la abuela a doña Urraca, en la Coruña. Y sin dejar de profanar tumbas... la Igualdad se sube al carro del culto al coño y al desmembramiento de pollas. ¿A caso algunos niños nacen de desmembrados gustos al sexo? ¡Qué poco la ha durado el empoderamiento al placentero juego sexual, a la irascible ministra del ramo! Esto es un atentado programado contra los hombres y contra los niños. Esto es pura misandría y paidofobia.
A tenor de los acontecimientos...
¿Qué puede hacer un pueblo, como es el español, si no es practicarse el harakiri, en las plazas públicas, como leyenda histórica y decadente de sus ciudadanos?
Mira que hay provincias en España, y, de todas ellas, hemos tenido que elegir a vagos y maleantes, para dirigir el país, desde las instancias públicas. Algo que nos debería hacer reflexionar para salir corriendo y visitar al psicólogo, de turno, y al psiquiatra, después.

 

Estos vídeos del Monstrenco son para vivir los momentos de terapia naturales antes de tirarte a las vías del tren o a la tranviaria.

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