domingo, 19 de mayo de 2019

¡qué me aspen si digo

pertenecer a un partido político! Y  no lo soy de la misma manera que no soy adepto a ningún partido de fútbol. Por lo tanto no estoy partido en ninguna sustancia ideológica. Por ello tengo el convencimiento de disponer de más capacidad de crítica a la hora de ver la composición de esas sustancias químicas que otorgan la capacidad de unificarse a/en una ideología, en particular. Así, distingo, entre las burradas que se dicen unos/unas a otros/otras, por muy  boquita de piñón que se tenga; y la elegancia de una fémina de alto standing.
Ver esas pullas que se tiran unos a otros me condiciona a la categoría de español. Me importa una mierda que unos sean de X y otros de Z, pero si nos lanzamos esos improperios estamos dividiendo la sociedad desde el inicio, y no expresamente, por gusto de los españoles que vemos cómo no debe de ser el dignatario o dirigente político que nos gobierne, ni el partido al que pertenezca. 
Una de las cuestiones primarias que los españoles deberíamos solucionar es la arenga política que nos desmerece. Esa dialéctica que nos separa más que nos une... es prebenda para defenestrar al orador que las practique. 
Entonces..., ¿nos quedaríamos sin oradores?
Eso es lo que se pretende que nos quedemos sin oradores que no sepan más...: que arrojar sobre los demás, la parte negativa que lleva dentro. Si engañando piensan que nos conquistan pues... Y si encima es verdad que nos conquistan por sus arengas pues...
Señores
menos tú y tú y tú más... porque perdemos tiempo en gobernar y energías en trabajar.
Hemos de tener claro que el que lo haga la pague y no porque sea etarra: viva el etarra. Qué casualidad que el etarra preso encuentre otro "Blanqueador" en la figura de Sánchez, como lo fueron en la etapa de Zapatero. Y, que la etapa de Sánchez, se lave el terrorismo ocurrido en Barcelona por culpa de la alcaldesa Ada Colau. Un acto terrorista que bien se pudo evitar si hubieran hecho caso al aviso previo a los acontecimientos. Ahora resulta que los culpables son otros... Este es el segundo error que deberíamos los españoles solucionar, con la intención de quien lo haga la pague.
Balones fuera... solo en el fútbol.

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