"La piedra angular de la Iglesia es que Jesús reza por nosotros".
A este hombre no hay humano ni romano que lo entienda. Tal vez los cristianos tengan un código que descifre las frases del Santo Padre. No ha mucho tiempo que decía que Jesús la había pifiado por morir en la cruz. Es decir, que la Obra del Padre no había sido cumplida. Como así lo estendieron Jesús y Juan Bautista, cuando tuvieron que morir por la causa de Adán y Eva. Ellos consiguieron llevar una palabra escrita por Zacarías, por todos los lugares de aquél basto imperio judeocristiano, como ha pasado al ocaso de los años. Si esto fuera así, es logico pensar que se reiteren en pedir perdón por los pecados, cuando creíamos que Jesús, con su nacimiento y muerte, nos había librado de él. Pues, no. Que sepáis que no estamos exentos del pecado por que la Iglesia le interesa que sigamos castigándonos con tan elemental hecho. Y no sirve que Dios dijera a los hombres: crecer y multiplicaos. Y ya vemos como hay una dicotomía entre todos ellos. Dios dice una cosa y los católicos hacen otra. De aquí que Dios creó a Adan y a Eva con la intención de amarrar a los hombres a un pecado que no venía en el libro de Instrucciones. Si a Jesús le dieran, hoy, la oportunidad de la clonación, estoy seguro que la vida se la tomaría de otra manera. Claro está, rememorando lo que sabía, porque si no es así, volvería a cometer los mismos tragos que hace 2000 años.
Hermanos, de sangre y polvo: si en el Cielo -donde se encuentra la flor y nata de los inmortales, -están como los ministerios públicos aquí en la Tierra-, es normal que los mortales estemos como estamos. No podemos echar la culpa a Rajoy de nuestras desgracias, si Dios está pasivo como Mariano. La pasividad es una forma de ser y estar... pero cojones, no en el Cielo, sustento e imagen de los memos terrestres. Así no vamos cara al aire. Por ello, los escogidos ciudadanos pensionistas, tienen sus santos huevos de irse a Beniform cada tres meses. Y pese a quien pese. Por si alguna de aquellas Dios le llama a su lado y le convierta en funcionario de luz, en alguna administracción celestial. Eso para los santos papas y ministros eclesiásticos.
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