el poder mágico del Sol

y la canalización de sus energías a través de varas, cayados, báculos de poder que utilizaron y que utilizan tantos los magos, como los egipcios, los sacerdotes... Eran báculos de poder para canalizar las energías solares con la capacidad de automatización de los cuerpos y hasta dar vida a los mismos. Jesús utiliza una vara para convertir el agua en vino, en la boda de Caná de Galilea. A la vez que utiliza la vara para sacar a Lázaro de la sombra de la muerte, no sin ante haber mirado al sol y canalizado su energía para culminar el evento que tendría lugar. Uno de los poderes que tenemos ocultos los humanos es el canalizar la energía solar y dirigirla a través de la vista. No hace falta tener una varita mágica para conseguir ciertas cosas; sí, es necesario tenerla como avisador de que somos capaces de conseguirlas. Algo, así, como llamar la atención de la gente para comunicarles nuestros poderes. ¿Todos los individuos tenían una varita mágica en el pasado? Lamentablemente, no. Sólo aquellos seres capacitados y conocedores de su poder. Tenemos la imagen de Hermes Trimegistro con el báculo y las dos serpientes, que hacía mención a la canalización de la energía sexual a través de los canales de Idá y Pingalá, en la elevación de la Cundalini. Como vemos, en todas las épocas y culturas han habido maestros canalizadores de la energía solar para fines altruistas.