¿cuál? El de enfrentarnos entre los descerebrados y aborregados ciudadanos del mundo y nosotros caemos, como las moscas en un trozo de mierda. Aquí, sin ir más lejos, nos incitan al odio racial por culpa de estos bien acogidos e integrados migrantes africanos. No hay más que abrir los ojos a los detalles de la ministra negra italiana con el dedo levando, amenazando a los italianos en su propia casa con aquello que dijeran los moros antes de echarlos de España: nosotros vendremos en pateras, veremos cómo os vais vosotros. Todo un anuncio de que la alegría en la casa del pobre dura poco y menos, si vienen muchos a joderte la marrana. Esto es lo que han conseguido con la puta Globalización, que bien se la podía haber metido Zapatero por el puto culo; aunque él solo fuera un tonto útil. Total... -De fuera vendrá quien de casa nos echará-. Todo porque nos hemos congratulado con este generoso gesto de hermandad entre humanos del mundo. No hay tal gesto. No existe ese beatífico sentido ético y moral que nos quieren meter en mollera desde las cuadrigas del Vaticano, cuando vemos existe una manipulación extendida y globalizada. El Nuevo Orden Secular, manipula mejor a la masa estando toda centralizada que independiente en países fuera del entorno y juridicción de la única religión que ha de mandar. Yo abogo para que la ciudadanía italiana le meta el dedo por el cualo a la africana y la revierta a su país natal, como si nunca hubiera existido o vivido en el país de la bota. Mientras, desde Melilla, culpan a Rajoy de su laxitud ante el brote de ébola que lleva contabilizados más de 670 cadáveres y extendiéndose a las provincias españolas de Ceuta y Melilla. Jorge Carretero, coordinador de Soluciona, ha advertido de la grave consecuencia que habría en Melilla de exterderse la cepa, debido a su islamiento geográfico y a la inexistencia de un plan de choque contra el virus. En España estamos corriendo un grave peligro al contagio al tener enfermos patógenos en los hospitales, sin conocimiento del pueblo español. Las voces médicas están siendo tapadas con esparadrapo de inmoralidad. Tenemos unos zánganos por políticos, y es posible se sientan seguros del contagio por la no proximidad con la ciudadanía. Tal vez algún día haya que cerrar el Congreso como cuarentena de sus señorías. Espero que Dios me conceda el placer de verlo.
martes, 19 de agosto de 2014
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