Argentina, de nuevo,

en banca roca. Y es que los argentinos no aprenden, con lo listos que son, que la masona Kirchner es la segunda vez en 13 años que les ha llevado al cuelgue de la soga, a modo de Judas. ¿Qué dirá el Papa -ganso- cuando vea las noticias (si no las sabía ya) de que su pais iba al default, nuevamente? ¿Le pedirá ayuda la muy {¿...?}, sabiendo que Franc -para los amigos- tiene potencial suficiente para ello, y por el compromiso adquirido en el abrazo fraternal cuando Franc fue investido Papa? La Iglesia vaticana tiene esas cosas: allí donde aparece, se lleva lo que puede. Y de Argentina no es la primera vez que mete mano en las arcas del Estado. Tampoco nos vamos a ir muy lejos si hablamos de España: teniendo a Montoro y De Guindos, en los puntos clave del Estado. Y si lo quieres asi, bien; y si no, también. Tampoco vamos a decir que la muchacha Kirchner no haya metido mano, también, como los políticos españoles, al fondo comunitario: llámese pacto de Toledo, o fondos públicos o deudas públicas o donde haya algo que llevarse. Y si no que se lo pregunten al amigo de Mas, el honorable Jordi Pujol, y a sus flamantes hijos; y si no a los Gürtel o a los Bárcenas o... En fin, que los patronos se multiplican a muchos países donde la hipócrita Iglesia y la masonería, ponen sus manos y sus gorros de frigios.

Hay dos lugares donde se puede encontrar el gorro frigio: Uno de ellos es Buenos Aires, donde figura en el escudo de la nación y en la cabeza de la estatua de la Pirámide de Mayo, en el lugar más emblemático del país, la plaza de Mayo. Allí se encuentra la Catedral, donde ofició el Papa Franc.

El segundo lugar donde encontrar el gorro frigio es en Cataluña, España, un caso de Geo-Política, Geo-Religión y Geo-Economía, si se hace una lectura desde un nivel superior, global en espacio y en tiempo.

Ya hemos dicho que la Barretina es el gorro frigio "catalanizado", pero además el tocado del dios Mitra es el nombre de la enorme mole de roca que está justo enfrente de la puerta de acceso a la Basílica de Montserrat.

¿Y cómo está la economía catalana? Solo hay que compararla con la  argentina.