Aquí tenemos al dibujo animado que mejor representa la sociedad común. Aquella del hombre/mujer, de todas las sociedades del planeta. Bien representados por los masones en las refinerías coreanas. Aquí nos dibujan a un Hommer en la hora de tomar una decisión o libre albedrío, cuando la ley de contrarios se reflejan o manifiestan en nuestra mente.
En primer lugar deberíamos saber qué es la Ley de contrarios o Causa y Efecto. Darma y Karma. Estas leyes son leyes superiores y que parten de un mismo denominador común. Tanto nos autorrealizaríamos si tomamos la materia como útil, como si nos acogemos a la espiritualidad. Los dos conceptos nos llevarían al mismo sitio. Porque ambos conceptos parten del mismo pensamiento. Si creemos que el libro de nuestra existencia ya está escrito, nosotros deberíamos ser atentos a ese devenir de lo que ya está escrito... por tanto no hacemos nada por evolucionar: ya estamos evolucionados. Si por contrario pensamos que el libro lo escribimos con nuestros actos, sí necesitaríamos del libre albedrío, pero no nos serviría de mucho sabiendo que, para ello, deberemos conseguir un estado mental lo suficientemente iluminado para que Causa y Efecto se cumplan a la vez. Cosa que no se da en un individuo común cuando su vida se manifiesta de forma subjetiva, inconsciente. ¿Qué puede dar un estado de esta naturaleza? Que todo lo que hagamos se incluya en un Darma o Karma. Por tanto si nos sentimos autorrealizados de nacimiento solo tenemos que prestar atención a nuestros actos. Si entendiéramos que tenemos que autorrealizarnos tendremos que prestar atención; por tanto el denominador común de ambos estados de pensamiento es... la atención. Prestar atención a las leyes Universales sería la llave de un conocimiento práctico y totalmente formativo.
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