otro timo como el de los 54 millones de unidades que compró la ministra de sanidad española por la gripe aviar. Vacunas que sin saber qué hacer con ellas se las revertieron a los ancianos junto con las temporada de gripe anual. ¡Total, ellos no se enteran! Y como no se pueden devolver pues nos las comimos con patatas. Ahora viene el ébola y con ella el medicamento zmapp, que sin saber si funciona o no, o si tiene consecuencias posteriores, se está probando en todos aquellos enfermos que, a falta de otro medicamento, no pueden decir que no si no quieren estirar la pata. El caso es que el medicamento no ha dado los resultados apetecidos en este caso, pero se sigue enviando a África para ver el resultado in situ, como se ha hecho con la droga zombi en Ibiza. ¡Qué mejor manera de probar un medicamento que soltarlo así, como el que no quiere la cosa. Si va bien se comercializa y si va mal se retira, habiendo dejado cadáveres por todas las veredas donde se haya desatado la enfermedad. Eso sí, hay que tener cuidado a quienes les jodemos: primero a los menesteroros; después se dará a los sacerdotes de San Juan de Dios o Hermanos Templarios Hospitalarios. Éstos sí serán de segunda fase que no experimental. También es verdad que los masones suelen morir de vez en cuando.
Sirva de recordatorio la necesidad imperiosa de dinero que tienen todos los centros religiosos y sin ir más lejos vamos a saber la cantidad que San Juan de Dios tiene a su disposición, a parte de que el Estado le haya dado 500.000 euros como repatriación del cura enfermo. 12 millones de euros en productos
financieros de deuda pública del tesoro español y capitales de riesgo y
1,16 millones de euros en renta fija del Banco de Santander. ¡Y seguimos pidiendo para los niños pobres y negritos de África. Qué jodidos!
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