Urdanga se va de vacaciones con la familia a Bidart, vasco francés. Allí le han acogido desde que fuera desterrado de Mallorca. Lugar al que va su cuñado, el actual Rey, y que no quiere les vean juntos. La reina Leti, ya se lo introdujo psicológicamente a Fe... antes de que llegara el verano. No hemos de extrañar que Urdanga se vea desnudo ante el público que visita la playa donde él se despelota, aunque se sienta víctima ante el juez, que pide 23 años por delitos de prevaricación, malversación y falsedad documental. No hay derecho que esta familia choriza se encuentre aún fuera de la cárcel, ¿es que no saben que hay ya cárceles para gente guapa, importante? Seguro esperan que las posaderas blanqueadas del bañador, se coloreen bajo ese torrencial fuente de calor que tiene el sol vasco. Urdanga, seguro estoy, quiere ir a la cárcel con el cuerpo de un mismo color tostado, que no coloreado por la chusma española. Ya tuvo que irse a Suiza por la escena política y marujeo callejero, como para volver a que le sensibilicen las orejas con el caso Nóos. Total, que el hombre -como le vemos- no está nada nervioso, sino todo lo contrario. Los años de balón mano le curtieron las idem y la cara, que la tiene dura como los leones del Congreso. Y le enseñaron a comer tortilla española a la orilla del mar, como cualquier hijo de vecino. Si queréis verle no tenéis más que acudir a Bidart, paraíso vasco-francés.
martes, 19 de agosto de 2014
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