martes, 26 de agosto de 2014

por dos veces

he estado en las salas de esperas -muy de esperar- en el hospiral la Fe Bulevar Sur. 
Es imposible que las personas seamos tan estúpidas al terminar pegados a unas sillas incómodas... a un estado de ruido insufrible por los altavoces y las conversaciones... y a un calor que provoca vómitos y mareos esporádicos. Pero ¿es anormal esta modalidad de salas de reducidas dimensiones, de calor, y máquinas de refrescos y comida? Pues realmente están preparadas para que la gente ingiera comidas saladas y al minuto, las correspondientes bebidas de Coca Cola y agua. Y así, de este modo, vas viendo pasar el tiempo sin que te des cuenta que llevas encerrado allí la friolera de ocho o doce horas. Hasta que te das cuenta que has perdido la capacidad de raciocinio y cuando vuelve -la capacidad de raciocinio-, montas en cólera porque has estado a punto de caer fulminado de un cansancio sin término.
Pues en estos caldos de cultivo y encerrona preparada, la nueva Fe de Valencia, no está -ni se pretende-, acondicionada a que un día se dé el caso de un individuo con fiebre, vomitando, y negro, para que la gente salga en manada, del susodicho espacio, y nos matemos en la puerta. 
Debemos saber que el ébola ya estuvo en Valencia, del mismo modo que le secundó la no filtración del evento. Pero como el silencio solo está perenne en la imagen de la señora con el dedo en la boca, para que lo cumplamos, todo se sabe a la corta o la larga. Queda claro que las disposiciones del edificio están por diseñar para una mejor eficacia en las pandemias.
Bueno, venía pues a decír que, en aquella sala que huele a incienso corporal, se persona una o dos veces una enfermera con la pregunta de si alguien está capacitado para aguantar una estracción de sangre, in situ. Y ahora me doy cuenta que se han tirado a la basura alrededor de medio millar de bolsas de plasma, porque el anticoagulante no funcionaba. Finalmente han echado la culpa a la bolsa de plástico donde iba almacenada. Aunque hay quien niega esta propuesta. Al menos el centro de transfusiones de sangre han dado orden de no tirar más, sin su consentimiento. 
Mi pregunta: ¿Estarían las bolsas contaminadas con algún agente como el ébola, y ante la duda las han desechado? Es difícil pensar, con lo carente que están los hospitales de sangre, se desechen así como así, medio millar de bolsas.
En fin, otro agente nos lo dirá.

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