Al parecer, Moisés, cuando subió al monte Sinaí para hablar con Dios, no fue con Dios con el que habló, sino con el demonio, quien le dió dos tablas: una, con las obligaciones a cumplir por el pueblo; y la segunda, los mandatos para reyes y poderosos, cifrados para cumplir al revés de lo escrito. Al tiempo que se convertía en un enviado y tranformado Bafonet.
los mandamientos para el pueblo
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No dirás el nombre de Dios en vano.
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre.
- No matarás o no asesinarás.
- Cometerás actos impuros
- Robarás.
- Dirás falsos testimonios.
- Consentirás pensamientos i deseos, impuros.
- Codiciarás los bienes ajenos
No hace falta subir al monte Sinaí para que te den los poderes de un bajo astral. Es necesario con que solo lo desees.
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