Expresamente no es la oscuridad lo que hace que el individuo tome conciencia de sí mismo, ni vea el camino hacia la realidad; es la luz lo que dirige nuestros pasos a una realidad espiritual afincada en nosotros y en el Universo. Apagar la luz significa: estar sometido a las fuerzas oscuras, al mal. Y las personas deberían concierciarse de que para el planeta la mejor forma y natural de vivir en el y para él, consiste en las energías limpias, que las hay en la tierra y la que recibimos del sol. No es necesario que apaguemos la luz, lo que necesitamos es que no nos mientan a la hora del calentamiento global. Dicho calentamiento no existe y en su lugar han puesto impuestos para que toda la vida estemos enganchados al pago. Toda la vida llevamos con el día del cáncer, del domund, para paliar la pobreza, etcétera, y siempre estamos al principio. Todo mentira. Una memez tras otra y de la que debemos trasgredir sus explicaciones, porque no nos la creemos a fecha de hoy.
Constantemente nos atormentan con la falta de agua, cuando están contaminando los acuíferos y todo lo que suene a Naturaleza. Conscientes del miedo que pueden y permitimos que entre en nuestros cerebros, caemos rendidos a sus pies y dejamos que nos cieguen los ojos, apagando la luz.
No permitamos que nos aborreguen tanto, hasta perder la propia identidad.
¡Que curioso que en el apagón quede la estrella de cinco puntas encendida! ¿Será por el paso de aviones?
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