No se puede ser más animal que los salvajes que hacen esto a los pobrecitos seres que esperan derramar su sangre por una puta deidad ancestral. Si estoy en contra de la muerte de los toros en España, no puedo dar cabezazo y mirar para otro lado viendo esta salvajada hiriente, para mí y, por supuesto, para todo aquél que no sea capaz de llenársele la boca de agua de mar salada. Es imposible ver este vídeo y no llorar desconsolado por la acción y por la cantidad de animales que son sacrificados por dioses del averno. Del puto Infierno. Nadie debería tener un Dios que amase los sacrificios como un medio de acercamiento a ese-lo-que-sea. Hay que desechar la creencia de dioses y demonios. Y, menos, cuando consienten que un ser humano se permita forjar una espada, un machete, para golpear tan brutalmente a un pobrecito animal desamparado. La brutalidad es superior al bruto dios o deidad comedora de energía animal. ¿Hay que convebir patéticos dioses a los cuales ofrecerles tanto dolor y crueldad? Ningún Dios se merece que nos sacrifiquemos por Él. ¿Por qué se sigue la tradición de incontables religiones que tienen como modo de llegar al Santón, el derramamiento de sangre? ¿Estamos gilipollas, o qué?
Si no se toman medidas a nivel mundial...: el 3 de diciembre de este año serán sacrificados alrededor de 300.000 a 500.000 animales de varias especies, en Gadhimai.
2 comentarios:
Hola Gabriel¡ Soy Pedro, te conocí en el camino de Santiago, hace unos 5 años. No sé si te acordarás de mí. Yo de ti mucho!
que salude a Pedro, quien conocí en el Camino de Santiago hace 5 años.
Gracias por visitar este nuestro blog, y desearte muchos caminos más como el de Santiago. Que los hay.
Después de aquello me fui andando desde Valencia a Gerusalem. Tanto me atrapó la andadura, como aquellos a los que -como tú- conocí, y me hice a la idea de seguir andando hasta completar la madeja que contiene el misterio del camino.
Amigo Pedro
sé que estás bien porque así me lo dice la energía que has puesto en el mensaje. Y ojalá, algún otro destino nos una, para seguir nuevas aventuras juntos.
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