Decís, Vos, que habés perdido la protección mediática de antaño. Y eso me desconcierta porque no la habéis tenido nunca, es más, recordad que vuestro padre tuvo que recurrir a un autogolpe de Estado para poder revertir, un poco, el asco que la ciudadanía española sentía por él. Porque, los actos, por vuestro padre realizados, se hubieran merecido la salida de España a hostia limpia y los ciudadanos no respondimos así. Es más, los ciudadanos hemos ido creciendo y viendo ciertas caras a las que hemos dado la categoría de familiares. Entre las que estáis la Casa Real. Pero estamos viendo que Vos, seguís haciendo de vuestra capa un sayo, y os saltáis a la torera el cómo está la política española. Sois un Rey laxo, y así acaban los presidentes de gobierno. Laxos como Vos.
España necesita más energía diplomática con el exterior, y firmeza con la interior. Una cosa es que nos llamen memos en el exterior...; pero no hay que permitir que nos lo llame Torra, Puigdemont u otros-tontos-del-montón. Vos, habéis pasado de todo y estáis pasando -como Jefe de Estado-: con una parsimonia y un mutismo propio de extraños. Es cierto que la Jefatura del Estado tiene asignados unos emolumentos de Estado..., pero hay que ganárselos, Campechano. Mal le viene a usted el calificativo de Campechano, tan ajustado al papel de su padre. Un padre que debería haberle dado vergüenza ajena haber puesto a los españoles a lomos de determinados individuos e individuas, que se han aprovechado del sudor de la grey. Es muy posible que hace 500 años los reyes se comportaran así de puteros y de recaudadores porcentuales...; habéis seguido la línea histórica de vuestros ancestros. Vuestro padre por demasiado activo y Vos, por lo contrario. Tenéis un papel que hacer en la sociedad española y no estáis a la altura de los acontecimientos. Un golpe de puño en mesa hubiera sido justificado rompiendo los esquemas mentales de los golpistas y golfistas varios. Nunca es tarde y no hace falta escoger fechas para golpear una mesa, de un puñetazo bien dado. La política reconoce la acción, y no la laxitud. La laxitud está muy bien en la cama mientras te la están envainando. Pero si te la están envainando sin estar en la cama...: mal asunto trae consigo.
Cada día mueren un sinfín de personas y nunca las que merecen estarlo. Siempre hay alguien, como Villarejo, que podría terminar con ciertos revoltosos funcionarios que llevan adherida la diana de la revolución. España seguiría su curso y los terroristas el temor a ser posicionados en la línea del teleobjetivo. ETA ha hecho esto muchas veces y ahí los tenemos...: enriqueciéndose de los paisanos vascos. Como Teresas de Calcita. Como si no hubieran pegados un tiro en la nuca, en su vida. Y aquellos que no han querido ser extorsionados...: el remedio ha sido huir a otras comunidades autónomas. Así no se gobierna un país, dejándolo de la mano de Dios. Dios no existe. Los ciudadanos sí.
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