¿Dios no cayó en la cuenta de que las vacas serían las culpables del Cambio Climático? ¡Pues vaya mierda de Dios: poniendo puntos sobres las íes para caer en el error de crear animales capaces de terminar con el ser humano! ¡Gracias machote! Gracias grandullón! ¡Gracias agridulce!
Creo que Madrid se quiere nombrar -eje y punto neurálgico- del Cambio Climático. Hasta el punto de que quieren traer a la niña que se enfrentó a los políticos señalándoles como responsables de dejarles un mundo de mierda, mierda; tanto ha calado en la mente de los políticos que vamos a tener que utilizar a la juventud como remedio, como arma, para reventar voluntades. (En Cataluña ya se usa ese sistema para reventar estados). Es verdad que España es distinta a todos los demás países del mundo y aguantamos carros y carretas y nos meamos en las hogueras que propician los que se quejan del Cambio Climático. En España está todo permitido y por ello vienen todos los de fuera a hacer lo que no pueden y no les consienten en sus países de origen. Aquí está todo permitido porque si no lo permitimos estamos acabados como país y como industria cervecera y tapas a gogó. ¡Tenemos esa suerte de disponer de mujeres y hombres que se encandilan en la cocina, para deleite de paladares! Bien los saben los ingleses, los alemanes, los americanos, las mafias italianas que inundan, con su miedo y drogas, el postre de los residentes y visitantes. En España hay de todo; en España lo cultivamos todo y lo cuidamos como si fuera nuestro. Por eso los mafiosos se encuentran tan a gusto en la costa mediterranea y fuera de peligro por nuestra policía eficacísima.
Creo que Madrid se quiere nombrar -eje y punto neurálgico- del Cambio Climático. Hasta el punto de que quieren traer a la niña que se enfrentó a los políticos señalándoles como responsables de dejarles un mundo de mierda, mierda; tanto ha calado en la mente de los políticos que vamos a tener que utilizar a la juventud como remedio, como arma, para reventar voluntades. (En Cataluña ya se usa ese sistema para reventar estados). Es verdad que España es distinta a todos los demás países del mundo y aguantamos carros y carretas y nos meamos en las hogueras que propician los que se quejan del Cambio Climático. En España está todo permitido y por ello vienen todos los de fuera a hacer lo que no pueden y no les consienten en sus países de origen. Aquí está todo permitido porque si no lo permitimos estamos acabados como país y como industria cervecera y tapas a gogó. ¡Tenemos esa suerte de disponer de mujeres y hombres que se encandilan en la cocina, para deleite de paladares! Bien los saben los ingleses, los alemanes, los americanos, las mafias italianas que inundan, con su miedo y drogas, el postre de los residentes y visitantes. En España hay de todo; en España lo cultivamos todo y lo cuidamos como si fuera nuestro. Por eso los mafiosos se encuentran tan a gusto en la costa mediterranea y fuera de peligro por nuestra policía eficacísima.
Este es, por desgracia, el mundo por el que nos quejamos y por el que nos estamos ahogando. Sin embargo, tenemos la mala costumbre de poner la calefacción cuando hace frío o calor dentro de nuestros hogares, y eso contradice al bienhestar familiar, con el entorno, por disfrutarlo.
Veo muy bien que el PSOE traiga a esa llorosa niña para quedar bien con ella, con los futuros habitantes y la conciencia de uno.
Os habéis preguntado alguna vez ¿qué habríamos hecho si el socialismo no hubiera existido, entrara en nuestras casas, en nuestras decisiones?
Tendríamos que inventarlo, como a la Iglesia, de no existir. ¡Cuánto mamoneo para llevárselo crudo! Siempre tienen que idear algo -como tapadera- para llevarselo sin que podamos señalarles con el dedo. Y si les sañalamos con el dedo como a Cháves y Griñán, en Andalucía, siempre habrá un juzgado que les dejará libres como si, 741 millones, no fueran nada, de nada. ¡Ah. sí, perdonad!, les han alejado de la caja por dos años. Luego pueden volver a meter la mano por otros 40 años. El dinero de los contribuyentes no es de nadie: ¡¿Verdad bonita?!
¡Hostia puta, qué vergüenza!
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