gracias a las ondas de radio

pude escuchar a los representantes electorales de siete partidos: PSOE, PP, Podemos, Vox, Ciudadanos, PNV y ERC. No es que sea nuevo el sistema que prodigan en autocomplacerse, no, sino que se posturean cara al votante. Su perfil es igual de mentiroso... con un aporte de golferas de cabaret. Una ensalada picante para estos tiempos en los que la carne roja produce cáncer de colon.

Mira que los venimos observando todos y cada uno de los días en que salen a la palestra a enseñarnos algo que, luego, no saben cómo explicar. Y, así, un día tras otro empeñados en llevarnos al huerto cuando ya estamos hartos de acudir al mismo huerto, aunque con diferente verdura. Pero, como con las pilas alcalinas: duran y duran y duran...

Sin embargo, anoche, me percaté de que el cambio está en aquello hacia lo que intentan desviarnos la atención: todos los partidos quieren y se autopsicoanalizan a ser Dictadores. Se mentalizan a ser Dictadores. Y desplazan a los dictadores, modelos, para sus nuevas personalidades.

¿Qué es si no el voto mayoritario que solicitan? 

¡La vara de medir de un dictador! Franco se retrataba con ella. 

Estos politicastros pretenden imitarles. Si no ¿por qué no han llegado a acuerdos entre las partes? Porque las mayorías producen dictadores; y con una mayoría se puede hacer y deshacer voluntades; permite autodefinirse dictador, y revivir y experimentar la vida de un dictador. Esta es la simbiosis de los políticos...: --Saltarse las voluntades del resto de candidatos y de los ciudadanos.
 

Me asquea que los constitucionalistas se codeen con los etarras y los republicanos. Los unos han roto el voto de convivencia mediante el asesinato y, los otros, están en la desestabilización del plan unitario. De la España unida. ¿Qué jolgorio es este?

¿Puedo pedir la presidencia para Otegi, cuando son más dictadores, en País Vasco y Navarra, que Franco en España?

¡Muerto el Rey, viva el Rey! 

Desprestigiado el cuerpo de Franco, viva el nuevo dictador.
Aitor Esteban (PNV) se vanagloria de no haber dado la mano al representante de VOX, Ivan Espinosa de los Monteros, en el debate.
Es muy posible que Ivan Espinosa de los Monteros haya pasado mala noche por no haber apretado la mano de Aitor. 
¡Pa cagarse!