que cantara Camilo Sexto.
No os lo perdáis. "El Santo Cáliz, el Grial, fue tallado en la piedra esmeralda de la corona de Lucifer que cayó en la Tierra cuando fue expulsado del paraíso". Ésto, visto así, parece una nadería, pero visto desde el punto de vista de la religión católica..., es otra cosa. En un principio podemos deducir que Lucifer era rey en el Paraíso, su corona lo atestigua. Es más... cuando le desterraron del Condado, lo hicieron con corona y todo. Corona con disposición de una esmeralda lo suficientemente grande para transformarla en el Grial: utensilio en poder de la Santa Madre Iglesia. Es decir, el cuenco venerado por miles o millones de personas, es propiedad de Lucifer. ¡Tócate los cojones! Ya decíamos algunos que la Iglesia perdía aceite pero que, encima, tuviera las propiedades del dueño del Infierno..., ya nos hace más de temer. Claro, que, al paso que va la Iglesia y con este Papa tan guay, es fácil que haya hecho pacto con el dueño del cotarro con tal de tener la reliquia que tanto dinero está aportando a la catedral de Valencia. Contando con que, Pedro, el muchacho, está en posesión de las dos llaves: la del Cielo y la del Infierno; y sin vacaciones remuneradas y sin remunerar. Que -digo yo-: eso a nivel de sindicato tiene que ser denunciable. Como denunciable fue el caso de Constantino para que cambiara el shabat judío por el domingo como descanso del borrego, y por mandato de Lucifer, como diatriva a Dios. De ello se desprende que, otras iglesias, hayan tomado la iniciativa de retornar al sábado como descanso porque era el día señalado por Dios; sin saber que, Constantino, en el 320 impuso el domingo como festivo y en el 325 convocó el concilio de Nicea para reconciliar a los cristiano sobre la dolorosa cuestión de la Trinidad. Y si una cosa es válidad, ¿por qué otra no lo es? Porque, amigos, el tema de la Trinidad hay que comerlo con cuchara, y a regañadientes.
En fin, que sepáis que el santo Grial es parte de la corona de Lucifer, como donativo a la Iglesia papal para que le fueran fieles hasta el último día de sus vidas. Y, como véis, todos ellos han sido unos puteros, unos chorizos, unos asesinos, unos macarras, unos pedófilos, unos... Lo tienen todo, menos lo bueno.
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