sábado, 12 de enero de 2019

El Derecho Canónico

declara al Papa Francisco, antipapa...



anti-pope-francis


La clara, precisa y sana lectura del código de derecho canónico conduce a la ineludible conclusión de que el Papa Francisco es un "antipapa" en todo el sentido de la palabra, y que la propia Ley declara. 
Bien, 
si la legislación vigente es digna de mantener en cuarentena... la munus no es bocata di cardinale. A lo que es lo igual: bocadillo de cardenal... 
Lo que viene todo a decir que Francisco no tenía que haber recurrido y mandado fumata, sin que Benedicto XVI la hubiera cascado, espichado o muerto.
Esto es a lo que se agarra From Rome como argumentario de impostura papal por parte de Francisco, por mucho cabeza de jesuitas que sea. Como el común de los mortales no estamos al tanto de las mundanas leyes y pactos entre los purpurados… quedamos como Cagancho en Almagro. Pero a lo que nos vienen a enterar es que este Papa no debería serlo sin acabar con el otro. Por lo tanto todo aquello que este Papa haya hecho, dicho, besado, bendecido y abrazado...: ha quedado en aguas de borrajas. En nada. 
Tanto rollo y beatitud a cara vista y gestos desmayados...: para nada.
¡Qué vergüenza, prelado!
A otro que le venía prisa por acariciar la butaca de Pedro. Lo mismo que, a Pedro...Sánchez.
Por mucho que nos lo quisieron meter entre pecho y espalda: estábamos cerrados y ceñudos a que no queríamos un Papa argentino. Dos veces argentino. Dos veces Papa. Era demasiado para Vos... Papito...
Siempre hubiera sido preferible que le hubieran asesinado como hicieron con Juan Pablo I, para que tomara las riendas el segundo Juan... -¡que vergüenza debería de haberle dado coger las prendas manchadas de cicuta!
Si creímos alguna vez que la Iglesia era mejor que la vida en cualquier país, estábamos bastante equivocados. Sin, embargo, conocedores de tantos mundanales actos dentro del Vaticano...: hemos seguido dándoles confianza y dirigiendo nuestros torcaces picos, al pan ácimo.
Más vergüenza...
Pues nada católicos...
con vuestro pan ácimo os comáis lo que desde Roma os envían con amor y desvelando el secreto del por qué se le  venía llamando, el Papa Negro.

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