del buen ladrón, sobre pedestal, en mitad de la plaza que llevaba su nombre en Premiá de Dalt, Barcelona. Jordi Pujol ha pasado por ser de honorable buen ladron, a ser el representante de la carta del tarot: el ahorcado; y defenestrado en el frio cesped que engalana la seva plaza. Así, colgado, se ha visto como Judas, aunque éste se inmoló a Jesús en pro de la humanidad. No es el caso de la historia de Pujol, que se ha inmolado en beneficio propio, de Mas y de CIU. Y de esa forma le premia la gente al darse cuenta de su nefasta labor colaboracionista catalán. Menudos chorizos los mas mierda de los Mas y los Pujol. Menudos memos los catalanes de pro, que ahora tienen que dar marcha atrás por un impostor del tamaño del honorable. No hay que poner la mano en el fuego por nadie y menos por la de Mas, que ahora me gustaría que profundizaran en sus cuentas y se las hicieran devolver. El diezmo está muy bien para aquellos que pertenecen a la iglesia más judía. Pero no está claro que en España, Hacienda, perdone, por pagar un diezmo de lo robado. El montante robado debe salir una vez declarados los dispendios, en nómina, de estos memos. 32 años ha durado la honradez en la casa del ahorcado. 32 años simulando lo que no era, es mucho tiempo. Para eso es necesario una moral cercana y la tenía, en su querida esposa e hijos.
Espero que quienes leáis ésto, estéis pensando lo mismo que yo pienso de este tipos de individuos.
Espero que quienes leáis ésto, estéis pensando lo mismo que yo pienso de este tipos de individuos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario