miércoles, 16 de julio de 2014
ya lo dijo Francisco
¿quién soy yo, para meterme con los gays? Esto lo dijo nada más ser envestido blanco impoluto: desde la tráquea a los pies. Y era normal que dijera semejante observación para los que vendrían después. Y es que él sabe, que nosotros también sabemos, que los anglicanos están por la labor de casarse entre curas o entre personas del mismos sexo. Y eso es lo que ha hecho el sacerdote Jeremy Pemberton, de 58 años; después de haber estado casado y con cinco hijos. Los hombres se casaron en un hotel, con beneplácito de los twiteros, que les felicitó a porrillo. La Iglesia anglicana no está por la labor de dejar que, este pecador de la pradera inglesa, se salga con la suya, aunque se meta la de otro. Y es que el celibato -si no es dogma de fe para la iglesia cristiana-, para qué va a serlo para las demás que tienen otra visión del culto y la fe. Ya lo dijo el Papa Franc: el celibato no es un cisma católico. ¡Cojones! -digo-, después de que dijeran que sí desde hace 2000 años. Ahora resulta que los curas podrán casarse en la Iglesia cristiana y es posible que lo concedan teniendo a tantos pederastas y gays, metidos en la curia. Al final de los tiempos se verá como una cosa normal, como se ven los cultos satánicos en el Vaticano. ¡Ay que tiempos. Si mi abuelo levantara la cabeza!
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