mientras Rajoy calla

porque ya no aparece si niquiera en diferido, indiferido o en plasma; la que se está llevando el gato al agua es Saenz de Santamaría, que como todos los políticos se ha ido a dar el garbeo veraniego por otras aguas sudamericanas y en una de ellas, concretamente Perú, los españoles que han tenido de que salir por patas a buscarse la vida fuera de la patria: los jóvenes de movilidad exterior -les dieron en llamar-, la han puesto a caer de un burro entre ladrona, corrupta, sinvergüenza... Todo un recibimiento caluroso de los que Saenz no olvidará fácilmente, si no adquiere la presidencia de gobierno en las próximas elecciones. En cuyo caso la pasaría lo mismo que a Mariano: se le olvidaría para qué tiene el cargo y lo que hacer con él. Menudas merluzas tiene el Pp en las filas viperinas del partido: la Espe, la Cospe, la Saenz, la Gallardón y la Wert. No olvidamos por supuesto a la reinona de todas ellas en la figura de su presi: Rajoy. Que últimamente está pensando qué va a decirle a Mas el día que se encuentren ante las cámaras. Mas que nada porque están a partir un piñón, y sus relaciones sentimentales deben seguir en la sombra porque existe una señora que no debe enterarse por la prensa rosa de los embistes que se dan el uno y el otro. Ay, Mariano y Mas... Mas y Mariano... tanto monta monta tanto Mariano sobre Mas; como Mas sobre Mariano. ¡Qué bonito es el amor!