Ayuso ha inaugurado el nuevo hospital, en Madrid, junto al aeropuerto, para alegría de los socialistas que no han asistido ninguno. Ni siquiera el que debería estar como presidente de los españoles. Con tanto que se precia de serlo, para desgracia de todos. De todos modos para verle la cara mejor que no haya ido. Y el que sobraba, de verdad, era el presidente del PP: el doctor Casado. Que se ha puesto al lado de la heroína -para salir en la foto- cuando hacía poco la tenía en el foco de la desintegración política; como hizo con Cayetana. Era normal que a Cayetana se la quitara de en medio porque tiene más personalidad que Casado, de aquí a Lima. Pero eso demuestra la poca integridad del sujeto como bien se lo restregó su ex amigo Santiago Abascal.
La verdad es que en poco tiempo el rumbo del PP está a la deriva, sin timonel y sin capitán. Todo el mundo dice que es un gran orador pero... ¿para qué le sirve?
En fin;
El hospital lleva el nombre de la enfermera Isabel Sendales: primera enfermera de la historia en misión humanitaria que ayudó a erradicar la viruela a la otra parte del charco, junto a los doctores Xavier Balmis y José Salvany. En realidad la enfermera fue elegida por su insuperable calidad a la hora de tratar a los niños portadores de la vacuna.
(Vista del barco, la María Pita, utilizado para una travesía tan importante y tan peligrosa en un océano como el Atlántico.)
Tengo que reconocer que el libro leído sobre aquella odisea: no me ha dejado indiferente. Más bien al contrario. 217 años se han cumplido este año de aquella historia humanitaria y es orgullo para Madrid haber tenido la valentía de inaugurar un hospital que llevara el nombre de Enfermera Isabel Zendal. Todo un lujo y valentía. Enhorabuena Isabel Díaz Ayuso. Has dejado un recuerdo a tu memoria en la historia de Madrid.
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