del covid 19 lo hemos enfocado en el virus y en la cantidad de personas que se están infectando diariamente, por mucho que llevemos las caretas puestas todo el santo día, como si fuéramos miembros de una secta y participantes de un ritual de sangre. Y, el caso es, que no me extrañaría que nos hayan hecho participantes de ese ritual y no sepamos que somos miembros; al igual que somos partícipes en el día sin luz. (Dicen para ahorrar). (Para ahorrar, ¿qué?). Pues que sepamos que, el día o noche sin luz, hace honor al ritual planetario de sacrificios humanos, a Baal u otras entidades, que, los descerebrados ritualistas, tienen a bien seguir transmitiendo como herederos de un pasado sin mollera. Todos conocemos la petición del Dios de Abraham, pidiéndole la sangre de su hijo Isaac. Y como este descerebrado estuvo a punto de asesinar a su hijo por una fe en algo que lo definieron como Dios, Padre, Patriarca, desequilibrio mental o a como cada cual quiera engañar a su conciencia o espíritu. Y de esa forma macabra han seguido los rituales de sangre y ofrendas humanas a entidades o lo que sean que pululan a nuestro alrededor, engañando a los payasos creyentes. Porque estos, amigos, son los primeros que se sientes agradecidos de haber sido elegidos por tan nobles entidades aunque tengan que entregar, en altar, la vida de sus hijos. ¡Qué buen Padre, que pide le inmolen la vida de un ser querido! Pero... compañeros... esas entidades no entienden de afectos o chorradas varias..., estas entidades solo saben alimentarse de la energía que se desprende en el momento de la ceremonia ritual. Eso sí, los jóvenes tienen que serlo y vírgenes. De ahí la cantidad de niños que desaparecen al cabo del año en concepto de ofrendas ritualistas de sectas satanistas. ¡Qué sociedades tan avanzadas! Mucho ordenador, mucho móvil, mucha pollada y resulta que... la mente está a bajo mínimos.
Y como no tienen bastantes víctimas se permiten el lujo de crear un virus que masacre a cuanta más gente mejor. Así, los dioses, tendrán más carácter de dioses porque si no, se les va la energía en ello. De ahí que, Bill Gate, haya comentado que la pandemia acabará en el 2022, que, para ellos, tendrá un significado concreto. Toda esta gentuza se mueve bajo unos signos y fechas predeterminadas a sus conocimientos de religiones o movimientos establecidos.
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