me pondría a reír -hasta partirme la caja torácica- si realmente fuera una caja la que sirviera de vacuna contra el coronavirus.
Que el virus está en el ambiente natural atmosférico es de cajón. La atmósfera está constituida por partículas de agua y en ella han derramado el virus en cantidades estratosféricas. Hasta el punto de que ya hay animales domésticos que la padecen.
Los humanos necesitamos respirar ese aire cargado de agua porque si no fuera así nos quedaríamos mojama en un plis plas. Absorbemos ese líquido elemento y arrojamos fuera el CO2, de los residuos pulmonares. Si estamos infectados es normal que sirvamos de aerosoles humanos en la propagación de lo que tengamos en los pulmones. Por tanto, no será tan bueno que tengamos las casas abiertas y ventilando todos los rincones de empresas y despachos. A mi juicio es una equivocación. Es como dejar entrar a Drácula sin pedirte permiso.
Bien.
La caja está diseñada por la empresa española Cedrión, con el respaldo de la Universidad Carlos III de Madrid. Este dispositivo tendría la facultad de neutralizar el COV-2 en una habitación de 30-40 metros, en diez minutos.
Es un sistema de desinfección del aire. Utiliza plasma frío atmosférico. Sometiendo al aire ambiental a un campo eléctrico muy fuerte. El sistema es capaz de generar 70 especies diferentes de rayos ultravioleta, a peróxidos, ozono u óxido de nitrógeno que producen entre ellos unas combinaciones que permiten inactivar virus y bacterias.
Dos son los prototipos de cajas diseñadas:
Una para espacios reducidos con personas dentro. Por lo que se podrían colocar en habitaciones de hoteles, hospitales... A modo de aire acondicionado.
La otra para espacios más amplios y vacíos de personas y animales, para una mayor rapidez de limpieza. Tal vez, comedores, salas de baile, de reuniones, etcétera.
Por lo que entiendo que los estados de alarma, de confinamiento, son paraguas de protección jurídica, no como medida de salud pública.
Espero que se pruebe y apruebe con premura estos inventos y se pongan a la venta lo antes posible. Resistirse o esperar a la vacuna, es totalmente contraproducente dado el número de contagios registrados en España. Por ejemplo.
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