¡Vaya, por Dios!
Y la Nasa posa un artilugio en un pedrusco que pasa a años luz de nosotros. ¡Qué ilusión!
Pero el que hayan muerto 7.000 focas en las costas de Namibia pues... como si no me fuera con ello. ¿Dónde va a parar saber que en la Luna hay agua a que se hayan muerto 7.000 focas en las costas sudafricanas, del continente Africano?
Y todos nos preguntaríamos de ¿qué? No se sabe. Debe de haber sido un ritual satánico el tenido entre ellas y algún que otro cetáceo dispuesto a morir fuera de su hábitat que dentro. ¿Qué estamos haciendo con el mar? ¿Qué estamos haciendo con el mar, en gotas, que forma la atmósfera que los humanos respiramos? También nos lo estamos cargando. Pero debemos saber que si el agua de la atmósfera se secara... el ser humano sería mojama antes de tocar suelo, ya muerto. ¿Entendido?
Que nosotros no veamos la minúsculas gotas que forma la atmósfera no significa que no vivamos en un mar fuera del mar de sal. A ver si tenemos un poco más de conocimiento a la hora de fumigar, todos los santos días, los cielos de medio mundo con cargas de mierda que ya ni el mar, mar, consigue limpiar. Y mira que es difícil contagiar el agua del mar por la cantidad de sal que posee. Cantidad de 33% suficiente para purificarla de agentes externos a ella. Pero, claro, el hombre tan intelectual y tan imbécil, conociendo su poder solo tiene que cargarla cada vez más con más mierda, y esta vez se trata de la cantidad ingente de litros de hidro alcoholes que estamos vertiendo por culpa de esta pandemia de mierda. ¿A quién se le ha ocurrido que los hidro-alcoholes son buenos para limpiar las manos para no infectarnos con el coronavirus? Sin duda a alguna empresa del ramo político que habría que gastarlos porque no se utilizaban para nada. Y, ahí, estamos todos jodiéndonos las piel por culpa de la obligatoriedad de usarlos. Si es que no somos más ceporros porque no hemos nacido un minuto antes.
Por favor
7.000 focas muertas y 6000 delfines mueren cada año en la costa atlántica entre Francia y España. Además de aquellos que son cazados por los japoneses, e imagino que otros tantos por los chinos... ¡Qué asco!
¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano? Le responde Caín a la pregunta de Dios: ¿Dónde está tu hermano Abel?
Nosotros nos hemos convertido en ese Caín con todo aquello que nos dejaron para cuidarlo, disfrutarlo, y utilizarlo adecuadamente. ¿Pero cómo coño hemos llegado a matar sin control? Y creo saber la respuesta: El momento en que Caín derramó la sangre de su sangre, sin que le provocara reacción adversa a su naturaleza divina. En aquél suelo, junto a aquella sangre, quedó posado y olvidado el natural poder del hombre. Lo justo para convertirse en asesino de todo lo creado. ¡Qué pena!
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