La diferencia está en que el toro actúa por un instinto de supervivencia contra aquello que considera que es su rival. Y, el individuo actúa por mediación de una Ley que le permita o impida realizar esa u otra labor. Lo impropio es que el individuo o torero tiene esa ley; y el toro no tiene ni una madre que se pueda cagar en los muertos de quien hizo la Ley y de quien la practica contra los toros. Si en la labor de la que hablamos están implicados tantos y tan grotescos o gárgolas chupa sangre o vampiros o ganaderos (derivada de ganar o ganancia) a través de ver sufrir o hacer sufrir y, posterior matanza, a un ser vivo y lo llamamos tauromaquia o corridas de toros con tanto arte, luces, orquesta y sangre. Todo para poderlo vender como necesario para mantener a una ganadería de toros bravos; porque si no se perdería la casta...; eso no se lo cree ni el que asó la manteca. Si empezamos observando al ganadero y su cultura heredada... Si valoramos la capacidad mental de un torero (ej: Jezulín) nos lleva a la conclusión de que es normal que se dedique a matar toros o algo semejante: no tiene más en la cabeza. Y, hasta eso, se lo han tenido que embutir día tras día durante muchos años para que pueda dedicarse al asesinato psicopático de un dios menor. Creo que un tío preparado se buscaría una tía con pasta para vivir de ella y no a una Belén: ejemplo. ¡Y lo llaman maestro! Creí que un maestro era aquél que enseñaba cultura, ética, moral... Al que enseña a matar se le llama psicópata o asesino múltiple: en sus diferentes facetas psicopáticas. Terminemos con la matanza de animales... Ni para comer... Con las frutas, hortalizas y legumbres: tenemos suficiente para vivir. Espero que "al que a hierro mata, a hierro muere". Y esto es tan creíble como el que cree en Dios.
miércoles, 15 de mayo de 2019
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