martes, 30 de abril de 2019

Domingo de Ramos...,

Domingo de Crucifixión...
El día 28 ha sido un día de festorro apoteósico para aquellos que, viento en popa a toda vela, quieren esquilmar la Constitución y al mayor representante de los españoles, como es el Rey. Pero solamente a Felipe...; porque, por la parte de la reina, ella, ya era republicana y simpatizante de los nacionalistas catalanes. Imagino que, por rebote, también de los vascos. Y ese es el resultado que han dado las generales, el domingo. 
A cualquiera que le digas que han sido votados mayoritariamente los separatistas y los golfistas...: no se lo van a creer. Porque es imposible que un país que ha venido viviendo de su trabajo, bajo un régimen de tranquilidad y buenos alimentos..., venga a determinar que en el País Vasco sean los etarras los que gobiernen en mayoría, y, que los catalanes más recalcitrantes, como ERC, saquen también mayoría.
Si en este preciso instante me dijeras que hay tongo en los recuentos y me contaras una milonga para creerlo..., sinceramente..., me lo creería. Por Dios y por los Clavos..., ¿nos hemos vueltos locos o, realmente el sistema Maduro nos ha subyugado lo suficiente como para cogerlo de modelo español?
Amos, amos...
Lo que hemos hecho los españoles en estas generales es lo de siempre...: un pasito pa lante María, un pasito pa tras... Gobierna el Pp y enseguida brindamos con champán en el PSOE. Y, viceversa. Un insulto a la ineptitud política. Cada cuatro años votando y seguimos igual a los 40. Con la misma retrógrada mirada sistémica. Con el mismo perfil de candidato de viñeta de comic. 
Os diré que no me ha sorprendido el batacazo del PP en Valencia, dado el mitin tan desastroso, truculento, pueril y desganado, de los candidatos a ocupar las administraciones. Tenemos los políticos...: a la altura mental de los ciudadanos. En esto no destaca ninguno; como tampoco destaca la mentalidad de ningún ciudadano en particular. Y, lo digo con énfasis y con enfado suficiente, como para dinamitar el particular empeño de periodistas, con renombre, enfocados en encumbrar a determinados presidentes de partido a la cima de una montaña hipotética. No hay que pedir peras al olmo. Ahí, lo tenemos, un batacazo del 15. Y, junto con el político, con el candidato, se ha caído la esencia especial que rezumaba el periodista. Es lo que tiene apostar y apoyar a un Partido, partido. Y a un presidente sin carisma. Y, claro, entre tanto presidente sin carisma la gente escoge siempre al contrario del contrario. Y, si quiere enmendar la plana, elige los extremos más extremos del elenco de la línea recta.
Señores
se habla de Guerra Civil, en España. 
Los amigos íntimos judíos, como Soros, no traen nada bueno en el país al que aspiran conquistar. Que siempre decimos que las conquistas, hoy, se hacen poniendo huevos  (partos); y, a través, de traidores. En España, tenemos, de ambos dos..., en abundancia.

No hay comentarios: