me sorprende que, aquellos que están contra la Iglesia, estén tan emparentados y quejumbrosos por ella.
La Iglesia siempre ha estado metida en todos los estamentos sociales, divinos y humanos. Ha estado con la cabra de la Legión, como ha estado con el manto de la FEJONS o cantando el himno valenciano al finalizar la misa en la Catedral. ¿Por amor a Joan Ribo?
No. Porque la Iglesia va siempre en pro de aquello o aquellos que le done beneficios. Separatistas, comunistas, alcaldes, ONG, ricas mujeres captadas para la causa, empresarios, asociaciones y herencias gentiles de mucho dinero y joyas. Joyas que luce la Virgen y mantos a juego...
¿Se ha quejado la Iglesia alguna vez de las riquezas entregadas?
Nunca. Es más, cuanto más recogen, más aprietan. Los curas son la mano negra de Satán, y le echaron la culpa a Judas... A Jesús, también, se la echaron.
¡Que haya rifirrafes políticos por estos motivos, me parece lo ilógico!
¿Por qué nadie se mete con la Semana Santa de Sevilla, Toledo, o de lugares tan espantosamente adictos al lloro, las saetas, el dolor, las borracheras, el putiferio, que lleva adherido?
Porque da dinero a la curia; porque embrutece los sentidos de los asistentes y les suministra adrenalina para seguir haciendo penitencia y sacrificio de sangre. Me parece mentira que después de 2.000 años los hombres sigan igual de imbéciles. Sigan igual de mezquinos y embrujados varios...
¡Qué defendamos la Iglesia cuando no nos aporta nada positivo... es como mear contra el viento, sabiendo que te salpicarás de orina!
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