Cuando en el país todo el mundo hace y deshace a su capricho y antojo, vienen las revueltas, abusos y manifestaciones, como la que vemos en la imagen.
¿Por qué ahora se le ocurre a este individuo -por muy artista que sea- colorear la lápida de la tumba del Caudillo? ¿Y por qué no colorean la lápida del comunista Carrillo? Éste tendría más motivo para hacerlo por presunto asesino familiar.
¿Propaganda?
Es verdad que la pintura está muy mal últimamente. La gente no invierte, no le interesa, y los artistas muerden uña porque no viven acorde a su estatus social, que creen les corresponde.
¿Desahogo emocional?
No. Mucho se han estado conteniendo para no haberlo hecho antes, no.
Todo esto viene a decirnos que el motivo compete a la política del momento. Tantos movimientos sociales catalanes, vascos, gallegos, valencianos, motivan estos alardes de injusticias dentro del elenco social de un país. Y, todo, por la pasta. Cada Comunidad tiende a gastar más que las demás, y se moviliza por lo que la otra gasta. Es una pescadilla que se muerde la cola. Es un Uróboro en proceso de engullirse.
Y, como en muchas ocasiones hemos comentado, hay mucho gilipollas suelto y mamón de tres al cuarto. Mucha tripa apaniaguada y sinvergüencería mucha. Así no vamos cara al aire.
Espero que al artista le metan el máximo de pena por atentar contra alguien que no se puede defender. Por odio al muerto y a su tumba y a su familia. Que estos actos no queden impunes y menos, en el templo.
Espero que al artista le metan el máximo de pena por atentar contra alguien que no se puede defender. Por odio al muerto y a su tumba y a su familia. Que estos actos no queden impunes y menos, en el templo.
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