viernes, 25 de octubre de 2024

que no muera

 Señor, no muera la mañana
sin encontrar al niño, que perdí,
en la infancia.
Aún noto el vacío 
dejado en su morada.
Su silencio me desgarra, 
Señor, el alma. 
Cada mañana
al despuntar el alba
miro en la distancia
y al alma mía. Y,
el niño no ha vuelto
de su agonía.
Vuelve a morir, mi alma,
otro poco, este día.

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