Pedro Sánchez se ha apropiado la idea europea sobre la inmigración: La inmigración tiene que ser consensuada y distribuida conforme a las necesidades de los países de acogida. Una idea que ha calado en la mente de los países viendo que la situación se nos va de las manos en la medida que llegan más de los solicitados conforme a las necesidades de cada país. Una aglomeración de emigrantes sin las capacidades específicas a los trabajos a realizar. y, en demasía, cuando los sobrantes tienen necesidades que los políticos absorben mediante pagas que desestabilizan las arcas de los estados.
¿Desde cuando Sánchez ha tenido la idea de una inmigración legal como para apropiarse de la idea legal del conjunto de países de la Unión?
Para Sánchez cualquier idea que provenga de la cabeza de Meloni es algo a desechar por no ser de su fachosfera.
¿Cómo va a consentir que una mujer tenga ideas que rompan con la normalidad política socialista y le desbanque de su ego machirulo?
Pues es la única mente brillante que hay en la Unión y que llevada a cabo funcionaría perfectamente con la inmigración, tanto legal como ilegal. La cuestión estriba en redirigir los inmigrantes a centros fuera de la circulación para su posterior retorno a sus países de origen.
Atendiendo a este baipás se iría perdiendo la fuerza de llamada que se produce entre paisanos en fuga ilegal. Ya está bien que en llegada se les agencien de paga y teléfonos para propagar la enhorabuena encontrada en llegada. Mientras los ciudadanos de origen pierden poder adquisitivo y se apuntan al paro indefinido. Al paro para siempre.
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