jueves, 3 de octubre de 2024

mientras Federico arremete contra Feijóo

el presidente de la comunidad andaluza, Toma Moreno, se masturba con la mano de Marlaska, en el acto por el día de la Policía, en Sevilla. Un tremendo asco para aquellos que odiamos <<profundamente>> al que hace de Ministro del Interior. Un individuo que trata de quitar a las fuerzas de seguridad del ambiente cotidiano y de sus funciones de seguridad pública. ¿Quién podría confiar en un sujeto como este? Pues, al parecer, es Toma Moreno, quien se ha comprado todas las papeletas para darle la mano. Cada vez que Marlaska tienda la mano, como si de Biden se tratara, ahí estaría Toma Moreno para agarrársela. Un vicio que debe de haber adquirido en los establos gay.
No me extraña, por tanto, que Federico ande tras los amores de Abascal, ahora que está perdiendo la sensibilidad que le había concedido, en su día, Feijóo. ¡Cómo cambian los amigos de unos días para otros!, ahora se da cuenta Federico que VOX tenía razón con haber roto los acuerdos con el PP.
Y, a la larga, no me extrañaría, que Ayuso también rompa los amores con Feijóo y le eche de Madrid camino de Galicia, de donde nunca debió haber salido.
Y ahora que nombramos el día de la policía en Sevilla, tenemos que adjuntarnos con todo honor y gloria a estos individuos que, siendo como los demás seres humanos, se empeñan en defendernos de todos aquellos que dejaron lo humano para convertirse en depredadores... en asesinos o delincuentes.
Con la delincuencia en las calles de nuestra querida España, ya podríamos poner mar por medio y devolverles a sus países de origen. Solo hace falta llevarles lo más cerca posible de donde salieron para busquen o encuentren el camino de vuelta.  

Aquí tenemos el grito de auxilio de estos a los que la izquierda trata con tanto desprecio pero que les llama cuando alguien les agrede. Ser policía no es solo ponerse un uniforme y salir a presumir como hace Marlaska sobre el escenario. Ser policía es intentar impedir que los malos, que los hay y bien que presume Marlaska de ellos, nos agredan o nos intenten quitar aquello por lo que hemos luchado a lo largo de nuestra dilatada existencia. Cosa que a Marlaska esto le importa un carajo mientras <<él>> tenga vigilado su domicilio por 11 guardias civiles como el Coletas... Así cualquiera puede odiar a los uniformados. 
Qué asco de país en lo que nos han convertido los zurdos de mierda.

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