suele pasar en todos los estadíos de la vida que aquellos que van con la verdad por delante... suelen sucumbir por ella. Y si, encima, tienes el conocimiento suficiente para dar envidia... aún se multiplica por mil.
Siempre he dicho que la sociedad española no está a la altura de individuos con una mentalidad abierta y con conocimiento adquirido en su trayectoria educativa, profesional y, sin duda, dinámica. Un dinamismo que le falta a la sociedad española acostumbrada a tener de presidentes a espías, carceleros y matones. Presidentes acostumbrados a vendernos al mejor postor. La zurda nos ha vendido desde la presencia de Felipe en la transición española. Un Felipe sin visos de meternos en la OTAN pero que nos metió en [Ella], en la menor ocasión. Un presi que estaba más contento con el rey Hasán que con el nuestro. Aunque, con Juanca no lo llevaba nada mal. Lo que no sé es si llegó a vender el caserón que levantó en Túnez, a la verita de la playa, y junto al caserón de Hasán. Nuestros compatriotas al servicio del mal.
Pues bien;
no sé que hace falta para meter en la mollera de la gente la veracidad de los hecho a los que se han enfrentado los miembros de VOX por recrear, lanzar al aire del pueblo español... su proclama de igualdad, en la desigualdad que produce la violencia sea quien sea, que la practique. Y, mientras escribo, me doy cuenta de que ese ha sido el error de VOX al no posicionarse contra el patriarcado. Pero es que Abascal lo ha dicho siempre: yo tengo hijas, mujer y madre, y ellas sí comprenden lo que estoy defendiendo. Defiendo a todos aquellos que son víctimas de un mal trato. Venga de una mujer hacia otra mujer. De un hombre hacia otro hombre. De una mujer contra un hombre. De un hombre contra una mujer. De un padre y madre contra un anciano o niño... la violencia es siempre violencia y hay que castigar a los que la ejecutan. ¿Es tan difícil de comprender? Al pueblo español le cuesta mucho entender ciertas cosas y más... si tiene a un muchacho, como Sánchez, con ese tipo de chulo de puticlub. Y, así lo llevamos...
Sánchez es un vendedor de humo. Es un flautista de Amelín que va encandilando los oídos de los jóvenes y viejos con el afán de sacarles lo poco que tienen y que tanto necesita: sus votos. Mediante prendas para el futuro. Todo humo.
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