tuvimos una sorpresa dada por el temporal en Valencia. España. Una especie de gota fría fue la causante de que cayeran piedras de hielo sobre la ciudad, dejando un rastro de asombro en los valencianos que vivimos la acometida de los cubitos de hielo contra las persianas, los ventanales, la tranquilidad que teníamos hasta ese momento.
Como viniera de golpe... la sorpresa fue de incertidumbre... de no saber bien qué estaba pasando. El ruido entró en evolución sobre las terrazas, las fachadas..., conmocionando la vida de los que nos mantenemos en la ciudad. No sé bien si la caída de granizo fue generalizada o, simplemente, en la capital del Turia.
Es muy posible que la fuerza de la pedriza dejara coches afectados y, también, daños a los paseantes. La improvisada llegada del granizo no estaba previsto que cayera. La meteorología no denunciaba un caso como el que tuvimos ayer noche.
Imaginaros un bloque de hielo de 20 kilos que cayó en Londres. Por poco no se lleva por delante a un trabajador de la limpieza que realizaba su labor, por la zona.
Realmente se han propuesto que creamos que el cambio climático es lo primordial en este momento de la historia en los cambios térmicos. Que son capaces de hacer cualquier majadería para convencernos de ello. Así, también, intentaron contagiarnos de corona virus y, hoy, no hay nadie que hable de ello. O, era mentira, o tenemos la mente muy corta.
Que están pasando cosas raras no hay nadie que lo dude. Es más, hay gente que tiene asimilada la relación covid, con la muerte de deportistas en campos de fútbol o corriendo. Y, es que, cuando las cosas pasan después de un evento nuevo... ¿a quién vamos a echarle la culpa?
Tenemos la desgracia de disponer de la política más opaca de la historia de la humanidad. Su empeño, en todo caso, es sorprender al mundo con sus nuevos descrubrimientos y, para ello, no tienen otra ocurrencia que demostrarlo a pleno medio de subsistencia. Hace falta ser malvados para arrancarnos ayes de pavor y miedo.
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