miércoles, 11 de noviembre de 2020

me doy cuenta

 ahora de la trascendencia que ha tenido la Censura a Sánchez, hace varias semanas.
En principio se vio cómo determinados políticos han tenido la valentía de decir en la cara a otros políticos lo mierdas, patéticos y asquerosos que son. Porque es verdad que son así. De hecho tenemos los actos a los que obligan al Jefe del Estado a presenciar y a la encona madre que tienen algunos de no saludar cuando y dónde Felipe VI les hace el saludo militar. O sea, saluda y baja la cabeza delante del monarca cuando jura posesión de cargo político, pero no le saluda posteriormente. Me parece denigrante, barriobajero y petulante. Y es aquí donde esos cambios en la política han sido positivos cara a la ciudadanía. El que nos hayamos enterado de la miseria que hay dentro de los partidos que gobiernan y a los que nos representan.
Yo tenía en mente que los mandatarios se insultaban en público y se rendían, mimosos, en la privacidad. ¡Y era verdad, me he dado cuenta en la fiesta ofrecida por P.J. en el Casino de Madrid!, donde acudían políticos de todos los colores y los de más baja condición. ¿A quién o quienes pueden representar estos mierdas muertos de hambre?
¿Ha servido o no, la Censura a Sánchez? 
Naturalmente que ha servido. Ahí sabemos quienes son y los que no, servibles a los intereses de España. 
La mente de cuna miserable siempre será miserable y lo hemos visto reflejado en Iglesias, con su padre; y lo hemos visto en los actos ocasionados por los etarras, en la tienda de la madre de Abascal. Eso les ha jodido y sigue jodiéndoles que este hombre tenga los huevos suficientes para hacerles frente y llevarles a identificarse. Los ha vuelto a sacar de la ratonera en la que han estado invernando. Son cobardes hasta la saciedad y la hartura. Y, ahí los tienes, gobernando Vascongadas con la ayuda de la izquierda mierdosa. Del imbécil de Zapatero. Y, encima diciendo, que son ellos los que acabaron con la ultra izquierda etarra. Aznar fue quien les desarmó y les metió en las celdas que, ahora, abre Sánchez y el Chepas. Menuda cochambre de individuos.

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