martes, 22 de octubre de 2019

mientras Torra

dice que no pasa nada en Cataluña; la Policía Nacional se asombra de la violencia que hay en las calles, y el presidente de gobierno, Sánchez, acude a Barcelona armado hasta los dientes.
Torra ha querido demostrar que los disturbios solo han sido pedos de monja, y un refrigerio cervezeril en las calles típicas de la ciudad. Nada grave si no fuera porque el tapón de una botella de cava, en formato de bola de hierro del tamaño de una pelota de golf, ha dado en la cabeza de uno de los policías, noqueándole, mientras cataba los cavas. Este tío es un aguafiestas, ha dicho Torra.
No obstante ha dado un ultimatum a Sánchez: si no me coges el teléfono o no me apoyas en el independentismo... voy a dimitir. 
¡¡¡Hostia, no!!!
Se ha oido a la tercera parte de la población sin contar a los independentistas, claro; y los etarristas, claro, también.
Hace falta tener cara de cemento para dar el paso que ha dado el mierdoso y putoso individuo llamado Torral. Espero que él y su amigo Torrent, sean llevados ante un juez y declarados culpables de atentado terrorista en la capital catalana, y de sumisión a la voluntad de la mitad de los catalanes españoles, por sus cojones.
Espero que la sentencia primera a los políticos presos sea revisable y suban las condenas hasta que se olvide la actuación de los CDR y los etarras cooperantes.
No se puede permitir la irracionalidad de los CDR y los etarras, como la presencia de Torra motivando la violencia. ¿Puede alguien, de la Comunidad Europea, decir, que no ha habido violencia en Cataluña?
Pues eso, carajo.

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