lunes, 5 de febrero de 2018

cómo no...

Dos mujeres queman a una niña de cinco años, por el rito vudú, para extraerle el demonio de su interior.
¡Cuánto mal está sembrando la religión o creencias, en ritos ancestrales!
¿Por qué todos estos sujetos tienen cara de gilipollas o buenistas satanistas? Pues ahí las tenemos: las autodidactas en la lucha contra el diablo. ¡Qué no van a saber ellas sobre el diablo y sus travesuras, en cuerpos ajenos!
Todos estos infectos del mal, son adoradores de Jesús. Tienen a Jesús como su maestro en el arte de sacar demonios de los cuerpos ajenos. Aquí, igualmente, tenemos al exorcista, que reúne los mismos dones de expulsar demonios. Imitan a Jesús cuando sacó del cuerpo a los endemoniados y los introdujo en los cerdos, que se despeñaron.
¡Qué burda imitación de un acto que no existió!
¡Y, todo, porque está escrito en un libro que nunca debió escribirse!
Todos los hechos acaecidos hasta la fecha, son imitaciones de los actos que se atribuyeron a otro. Si eso no hubiera estado escrito y menos adaptado a una persona en concreto...: nada de todas estas muertes y actos rituales, serían verdades hoy. 
La Iglesia es la adaptación simbólica de cada apto adscrito a Jesús.
El pasaje más simbólico es la presencia de tres reyes Magos, ante Jesús. "Y se posaron junto a Él y le hicieron regalos: Oro, Incienso y Mirra". ¡Quien tenga ojos!
IMG_037_RT8.jpgJosé Antonio Fortea Cucurull, nacido en Barbastro, España, en 1968, es sacerdote y teólogo especializado en el campo relativo al demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno.

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